La pareja: base y principio de la familia.
- Los valores familiares son el conjunto de creencias, principios, costumbres, relaciones respetuosas y demostraciones de afecto que se transmiten por medio de las generaciones.
- La familia es la base de toda sociedad. Los primeros valores morales, personales y sociales se aprenden en el hogar a trav茅s de las ense帽anzas que los padres les transmiten a sus hijos y que a su vez fueron ense帽ados por sus abuelos, hermanos, t铆os y dem谩s familiares o seres queridos.
- Los valores familiares fortalecen los lazos de uni贸n, respeto y confianza. Cuidar uno del otro, respetar a las personas mayores, colaborar con las labores del hogar, ser bondadosos y honestos, hace que las personas act煤en como buenos ciudadanos en cada uno de los grupos sociales de los que forma parte.
- Por ejemplo, en la escuela durante las actividades deportivas y culturales, o en la comunidad donde viven, son espacios donde se reflejan y se ponen en pr谩ctica los valores familiares.
- En t茅rminos generales se entiende que los valores familiares son todos aquellos que se consideran aceptables ante la sociedad.
Respeto
El respeto es un valor que se encuentra en todos los
espacios en los que se desenvuelve el individuo. Es importante respetarse a s铆
mismo como persona para que los dem谩s nos respeten.
Pertenencia
Se refiere al sentido de pertenencia, todos los integrantes
de una familia se deben sentir y reconocer como parte importante de la misma.
La pertenencia tambi茅n indica unidad y respeto.
Perd贸n
El perd贸n es un valor muy importante. Las personas somos
seres individuales que manejamos de maneras diferentes nuestros sentimientos.
Algunos perdonan m谩s r谩pido que otros.
Paciencia
La paciencia es la voluntad de canalizar la impulsividad de
respuesta en aquellos momentos menos agradables y de gran molestia o
nerviosismo. La calma y la paciencia ayudan a centrar los pensamientos antes de
actuar o hablar.

La formaci贸n de la pareja
La pareja se forma para dar respuesta a una serie de
necesidades humanas, la m谩s evidente de las cuales es la reproducci贸n, que por
s铆 misma es una necesidad de la especie, pero que a la vez viene a cubrir
necesidades del individuo tales como la compa帽铆a (no estar solo) y la
solidaridad (ayuda o apoyo mutuo).
La elecci贸n del c贸nyuge ha estado sometida igualmente a las
condiciones culturales y sociales propias de cada grupo humano seg煤n el momento
evolutivo de su historia.
Las fases de formaci贸n de la pareja La perspectiva etol贸gica Si partimos del origen evolutivo y de las bases fisiol贸gicas del amor podemos contemplar la pareja humana como una modalidad m谩s de emparejamiento entre las que pueden observarse en el mundo animal. Esto equivale a considerar la formaci贸n de la pareja humana desde una perspectiva etol贸gica, donde se reproducen las fases de cortejo, nidificaci贸n y crianza que podemos observar a trav茅s de m煤ltiples variedades de comportamiento en el mundo humano y animal.
La dimensi贸n estructural en las relaciones de pareja.
Cuando una pareja inicia su relaci贸n se ponen en juego
una serie de interacciones que van a determinar la din谩mica de su estructura
relacional, aunque naturalmente pueden ir evolucionando con el tiempo, dando
lugar a otras din谩micas distintas de las inicialmente establecidas.
Tales Sistemas Motivacionales, que como las emociones
b谩sicas pueden rastrearse en los comportamientos de la mayor铆a de los mam铆feros
se reducen a los siguientes: Sistema sexual, Sistema de apego, Sistema de
cuidado, Sistema agon铆stico y Sistema de cooperaci贸n.
Crisis en la Pareja
Si las parejas vienen a terapia es porque existe una
cierta conciencia de crisis en su funcionamiento. Toda crisis representa una
fractura en la organizaci贸n de un sistema. Esta fractura puede dar lugar a una
reorganizaci贸n m谩s amplia y compleja del sistema o amenazar la viabilidad y
continuidad del mismo.
Crisis evolutivas Los bloqueos en la etapa evolutiva tienen
que ver con dificultades en las fases de transici贸n de una etapa evolutiva a
otra. En el ciclo vital de la pareja existen diferentes etapas
Crisis estructurales Las crisis estructurales hacen
referencia a las relaciones existentes en la pareja respecto a la distribuci贸n
desigual de poder y recursos por lo que pueden clasificarse como crisis en las
relaciones de simetr铆a y de complementariedad.

1潞: Fase de la atracci贸n
En esta primera fase, sentimos una atracci贸n muy intensa
hacia el otro. No es casual que sintamos atracci贸n hacia esa persona, y no
hacia otra… En este sentido, es interesante que observemos y reflexionemos qu茅
caracter铆sticas y cualidades nos atraen del otro.
Esta etapa se resume en la siguiente frase: “Me siento
fuertemente atra铆do/a
2潞: Fase del enamoramiento pasional
La fase anterior puede abrir la puerta a los amantes al
siguiente escal贸n: el del enamoramiento pasional.
Se trata de una etapa caracterizada por un derroche de
hormonas, sexualidad intensa y proyecciones a menudo idealizadas del
otro; vemos su cara m谩s luminosa, al tiempo que proyectamos lo mejor de
nosotros/as en el otro).
Movidos por la fuerza del Eros, lo vemos todo de
un color m谩s brillante, al tiempo que nos sentimos con mucha energ铆a e incluso
capaces de “comernos el mundo”.
Su tuvi茅ramos que expresar en una frase la vivencia de esta
etapa, ser铆a: “Me mueves mucho, pero te veo poco”
3潞: Fase del enamoramiento sereno
Si la pareja persiste en la relaci贸n, atravesar谩 la etapa de
la atracci贸n y del enamoramiento pasional, entrando en un v铆nculo m谩s
sereno y profundo. Las hormonas siguen mandando en esta fase, aunque menos.
En esta etapa comenzamos a intuir y a ver las sombras del
otro/a, lo que puede no gustarnos tanto.
En realidad, esta es la puerta previa al amor
consciente…
Aqu铆 la pareja se comienza a vivir en la:
Plenitud amorosa
4-En esta etapa se podr铆a decir que pasamos, de alguna
forma, del “te quiero” al “te quiero querer”.
Desde este estado m谩s sereno, elegimos si decir “s铆” o
“no” al amor con esa persona, y esto pasa a ser una elecci贸n consciente en la que,
en cierta medida, media la voluntad. Elegimos amar por amar o, dicho de otra
forma, elegimos amar al otro como camino de vida. Esta etapa puede abrir la
puerta de acceso a un amor mayor.
En esta fase podemos hablar del tri谩ngulo de la relaci贸n;
tri谩ngulo en cuyos extremos ubicamos:
El «otro»; yo; el v铆nculo
Es decir, la mirada se ensancha para dar cabida a este
tercer elemento, como si fuera una entidad m谩s en la relaci贸n: la relaci贸n en
s铆 misma. En este sentido, el compromiso va m谩s all谩 incluso del otro: de
alguna forma, el amor en la relaci贸n depender谩 de en qu茅 medida estoy
dispuesto/a a amar y a cuidar la relaci贸n.
La esencia de esta fase se puede expresar en:“Ahora te veo
m谩s”
Muchas parejas se rompen en esta fase, dado que el nivel de
hormonas disminuye. Debido al “baj贸n hormonal”, disminuye la intensidad de la
atracci贸n, del sexo y del deseo, entrando en escena sentimientos tales como
ternura, intimidad y complicidad. Si la pareja persiste, pueden acceder a la
siguiente fase.
5潞: Fase del compromiso
En esta fase la pareja puede tomar la decisi贸n de dar un
paso m谩s, formalizando el v铆nculo a trav茅s de una boda, y茅ndose a
vivir juntos, etc.
En esta etapa la pareja comienza a ser un sistema propio. Si
la pareja comparte un proyecto vital, las motivaciones para cuidar el
v铆nculo y amar al otro van m谩s all谩 incluso de las propias necesidades y
carencias egoicas.
En cualquiera de las etapas que nos vivamos, la relaci贸n
puede constituir un camino de crecimiento y autoconsciencia compartido; un
camino de amor que puede trascender a los propios miembros, para revertir en
otros.

- Tradicionalmente, y sobre todo en nuestra mentalidad latina, el hombre se defini贸 como el proveedor de todo lo necesario y la mujer como la que se quedaba en casa, encargada del cuidado de los hijos y de las mil tareas dom茅sticas. Como consecuencia, el hombre aprend铆a que no ten铆a responsabilidades en los oficios dom茅sticos ni en el cuidado de sus hijos, pues esas eran “cosas de mujeres”. La mujer por su parte, aceptaba adem谩s que ella era la que deb铆a atender al esposo.
- Eso fomentaba una divisi贸n muy dr谩stica entre las actividades masculinas y femeninas dentro de la relaci贸n matrimonial y tra铆an un desbalance poco sano al matrimonio.
- En algunos hogares latinos, a煤n en 茅pocas actuales, la mujer tiene que trabajar muchas horas, sin goce de salario, sin derechos y sin ese “tiempo personal” para recargar sus bater铆as. Todav铆a hay quienes no consideran el trabajo dom茅stico como propiamente un trabajo, sino como una “obligaci贸n” que tiene la esposa en el matrimonio.
- Hoy en d铆a, por el contrario, la sociedad reconoce que el hombre y la mujer participan por igual en el campo laboral fuera de casa y el trabajo dom茅stico, aunque no es siempre remunerado, es visto como un verdadero trabajo. As铆 mimo, los hombres est谩n tomando conciencia de que tambi茅n ellos deben participar por igual en los oficios dom茅sticos, tradicionalmente asignados a las mujeres.
- El matrimonio es como un regalo que tanto el esposo como la esposa reciben. En ese regalo vienen ciertos privilegios y derechos, pero tambi茅n vienen ciertas responsabilidades, obligaciones y tareas y no hay manuales que especifiquen cu谩les tareas debe hacer el hombre y cu谩les la mujer.
- El que la mujer est茅 naturalmente mejor dotada para realizar ciertas tareas en el hogar, no impide que el hombre pueda aprender a hacerlas. El hogar, el matrimonio y los hijos no son s贸lo de uno, sino de los dos. Cada miembro de la pareja debe evaluar los roles y expectativas que tiene frente a su c贸nyuge y ajustarlos a las necesidades reales de la pareja. Comunicaci贸n clara y precisa es siempre una herramienta important铆sima en este proceso.

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